19 may 2009

Violencia, Drogas, Jóvenes: los tópicos de siempre

Hay que reconocer que información mediática no falta sobre la violencia juvenil, lo que provoca bastante inquietud e incluso miedo entre la población. En unos casos, son noticias escalofriantes de casos concretos que uno puede ver casi en directo en los reportajes televisivos. En otros, se trata de referencias a informes, estudios, etc. de diferente calado. Los programas televisivos, por ejemplo, se han convertido en auténticos noticiarios de crímenes y delitos.

Noticias parecidas se repiten cada poco tiempo y no falta quien se atreve a lanzar aseveraciones tajantes: Jóvenes más violentos, adictos a las drogas y sin formación. Y para justificar esta afirmación, se aportan datos de aquí y de allá, sin el menor sentido crítico ni justificación de la posible relación.
A partir de una jornada realizada en Valencia España expertos en el tema han concluido que no existe necesariamente relación directa entre la violencia y la droga.



“El Dr. Rechea destacó que no existe una relación clara entre el consumo de drogas y los actos violentos, con una vinculación entre el 5% y el 10% de los adolescentes, el mismo porcentaje de jóvenes que acaban convirtiéndose en delincuentes a la edad adulta. El Dr. Cava manifestó que los estudios científicos demuestran las drogas “afectan a las sustancias del cerebro que controlan la agresividad”, lo que “no significa que el 100% de los que consumen drogas ejerzan la violencia”. Sustancias como la cocaína, el éxtasis y las anfetaminas (speed ) “pueden predisponer” a no controlar la agresividad. El Dr. Turbi, por su parte, apuntó que entre los adictos en rehabilitación sí suelen darse muchos antecedentes de violencia.”

La seguridad ciudadana se ha convertido hoy en la gran preocupación, al menos para políticos que intentan vender seguridad, y para medios de comunicación, siempre a la caza de noticias impactantes, convertida en tema estrella para su propio interés y, por supuesto, en beneficio de lo que están detrás. La consecuencia es que el miedo aumenta entre la población, por lo que se apoya con facilidad todo tipo de actividades, principalmente represivas, orientadas hacia este objetivo: controles de todo tipo, videovigilancia, etc. Y como los factores provocadores de inseguridad suele presentarse con frecuencia en relación con el consumo de drogas ilegales, se aplaude el castigo del consumo de drogas en público y la represión de los traficantes, sobre todo pequeños, como medida legislativa aceptada sin más cuestionamientos.
Pero esta es una vieja historia. Precisamente los medios de comunicación han sido los mejores pregoneros de los casos problemáticos que se han presentado contribuyendo a la construcción del problema de las drogas.

Si analizamos el contenido de la información transmitida sobre la problemática de las drogas, podemos afirmar lo siguiente:
1.- es poco coherente, lo que lleva a dudar de su veracidad;
2.- intenta producir miedo en los lectores;
3.- muestra la droga unida al ámbito delictivo, dentro de un marco jurídico-moral;
4.- prima la presencia de sujetos policías, políticos y jueces,
5.- transmite la idea de que el orden social triunfa claramente en la batalla contra las drogas, a través de la represión institucionalizada.

Se olvida la complejidad de la cuestión de las drogas, donde intervienen, no sólo unas sustancias específicas, sino también un individuo concreto ubicado dentro de un medio sociocultural no menos particular como también unas políticas concretas de actuación que pueden reforzar el "problema".
La relación drogas-delincuencia, como cuestión compleja que es, se resiste a quedar encasillada entre las redes de los estudios e informes. Resulta comprensible, entonces, que no se puedan hacer generalizaciones a la ligera a partir de una experiencia concreta, e incluso, a partir de un estudio específico. Sin olvidar que a la novedad del fenómeno cambiante de las drogas, se une la falta de formación sobre esta problemática, lo que facilita sacar conclusiones sin disponer de datos.
Son muchas las matizaciones que conviene hacer para ver con objetividad la problemática delincuencia- drogas. Las mismas palabras "delincuencia", "violencia" y "drogas" son hoy términos cargados de connotaciones afectivas. "Delincuente", "violento", "drogado", son un ejemplo prácticamente perfecto de palabra fetiche, que desencadenan torrentes de intensa emocionalidad: Designan una realidad ante la cual no es posible distanciarse ni reflexionar. Hay que actuar pronto y en contra.

Urge, analizar la relación delincuencia-drogas-violencia en toda su complejidad para poner en marcha las intervenciones más adecuadas a cada caso y situación. Sólo desde esta comprensión teórico práctica podremos elaborar unas propuestas coherentes de intervención
Como referencia tenemos las investigaciones realizadas en España por Juan Manuel Otero, psicólogo de la Universidad de Santiago, Javier Elzo, sociólogo de la Universidad de Deusto, Rosa del Olmo, criminóloga de Venezuela o José Luis Segovia, abogado comprometido con personas marginales, entre otros, personas de profesiones y con trayectorias vitales muy diferentes.
La "causalidad" tan fácilmente sostenida por no pocos profesionales y seguida con profunda fe por la población, resulta un objetivo difícil de alcanzar. La conclusión a la que llega Otero (1997), tras una profunda revisión de la literatura sobre la relación delincuencia-drogas, es clara: “no tiene sentido examinar la relación droga-delincuencia desde planteamientos causa-efecto, ya que son otras variables (familiar, grupales y personales), las que explican ambos fenómenos y, por tanto, “responsables” de la relación.
Del Olmo, por su parte, cuando se plantea el interrogante: ¿delincuencia juvenil y drogas?, después de su documentada exposición, responde: Ante todo lo expuesto, y la complejidad del tema que evidentemente va más allá del llamado "modelo psicofarmacológico" queda abierto el debate para una discusión posterior que aborde las diferentes manifestaciones de violencia criminal o delincuencia juvenil que pueden llevarse a cabo en conexión con las drogas, en muchos casos no tanto producto de las drogas mismas sino de ser ilegales. Habría que intentar responder además si la violencia (léase delincuencia) juvenil es anterior o posterior al consumo de drogas, tema muy debatido.

No se entenderá la cuestión de las drogas ni su relación con la delincuencia y la violencia si no se comprende tanto su dimensión social como mundial, con todos los problemas sociales que arrastra consigo. La perspectiva individual hoy dominante, aunque en principio parece dar más seguridad, pues "recorta" el problema y lo hace más manejable, provoca actuaciones incoherentes
El fenómeno de las drogas no se puede comprender sin tener en cuentas los conflictos escolares, desestructuración familiar, dificultades o no acceso al empleo, otras adicciones…, es decir, las situaciones de vulnerabilidad y/o exclusión social que viven cada vez más personas y grupos de nuestra sociedad… No existe otro camino que un análisis profundo de los factores que generan estas situaciones de vulnerabilidad y/o exclusión social y la puesta en marcha de políticas coherentes con la compleja realidad, sin caer en actuaciones simplistas y parceladas. Son necesarias intervenciones globales (Del Olmo, 2002).
Habrá que repensar, pues, la relación violencia-delincuencia-drogas, más allá de los tópicos y de los datos puntuales. Porque sabemos muy poco sobre los jóvenes que consumen drogas, sobre los que delinquen, sobre los que son violentos.


Lic. Patricia Colace



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REFERENCIAS
DEL OLMO, R. (2002), “La legislación en el contexto de las intervenciones globales sobre drogas”. VEGA, A. coordinador (2002), Drogas. Qué política para qué prevención. San Sebastián, Gakoa, pp. 267-292.
DEL OLMO, R. (2004), Violencia juvenil y consumo de drogas: Modelos Teóricos (Algunas Inquietudes preliminares)” Ponencia presentada en el I Congreso Virtual de la FAD sobre Violencia y Consumo de Drogas. 2004. (www.fad.es/estudios/congreso_virtual.htm).
ELZO, J. Y OTROS (1992), Delincuencia y drogas. Análisis jurídico y sociológico de las sentencias emitidas en las Audiencias Provinciales y en los Juzgados de la Comunidad Autónoma Vasca. Vitoria, Gobierno Vasco.
OTERO LOPEZ, J.M. (1997) Droga y delincuencia: un acercamiento a la realidad. Madrid, Pirámide.
SEGOVIA, J. L. (2006), Del sueño de la reinserción social a la pura retribución. Cambio de paradigma y reformas penales. http://www.nodo50.org/skp/bajocero/pdf/josito.pdf.( Capitulo 2. en Las cárceles de la democracia. Ediciones Bajo Cero).
VEGA, A. Y OTROS (1982), Delincuencia y drogas. Barcelona, Publicaciones Universidad




Despacho Diputada Diana Maffía
Mayo 2009